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29 agosto 2014

Arriba y abajo

Salvo casos muy concretos, que en este momento no logro ni siquiera atisbar, pero que doy por hecho que pueden producirse, no puedo entender, cómo puede haber gente que subsiste gracias y únicamente por su empleo, y se considere y vote a formaciones de derechas.

He reflexionado muchas veces sobre ello, he dialogado con amigos, sin que nada ni nadie me dé una razón convincente al respecto; ni siquiera por parte de gente de estas características, pues alguno que otro conozco.

En los últimos tiempos, me ronda una posible explicación, que tendré que sondear cuando hable con estas personas. Se trata de un posible rechazo mental a denominarse “comunista”, “socialista”, “progresista”, “izquierdista”. Conceptos que son para los conservadores prácticamente equivalentes a “demonio”.

No sería de extrañar, de hecho ellos han ido evolucionando algunos términos que nos resultaban peyorativos, como “capitalista”, que fue sustituido por “empresario”, que a su vez, ya un poco rancio el nombre, ha vuelto a ser sustituido por el más aséptico de “emprendedor”; y es que no es lo mismo que te llamen emprendedor, que capitalista, cuando has “capitalizado” el subsidio de desempleo, y has montado un pequeño negocio. ¿O no?.

La respuesta puede estar en la rosa de los vientos. Me explico, ser de izquierdas o derechas, correspondería con ser del este, o del oeste. Ser del norte se considera ser rico, y ser del sur, ser pobre; por lo que tras una especie de regla de tres, quedaría en que los de arriba son ricos, y los de abajo son pobres.

Ser de los de arriba y de los de abajo, (siempre y cuando no mezclemos el cielo y el infierno) refleja notoriamente nuestra hipotética posición en una pirámide poblacional. Arriba unos pocos muy ricos (1 %), y unos cuantos ricos (9 %); y el resto (90 %) los de abajo, la “clase media” en general, esos que dependen de un empleo para poder vivir.

Ahora piensa, ¿Tú eres de los de arriba, o de los de abajo?.

¿Crees que los partidos políticos de derechas, representan y velan por los intereses de los de abajo?... Pues eso.

18 febrero 2014

La memoria, imprescindible

Si olvidamos el pasado, no podremos construir el futuro. Tal vez es lo que nos pasa, que no recordamos de dónde venimos, y por lo tanto no llegamos a donde queremos.

Si deseamos una sociedad más democrática, con menos desigualdades y más justa, debemos elegir adecuadamente a que formación política votar, no sólo por las promesas que nos ofrezcan y que tal vez no piensen cumplir, sino por los hechos pasados; esos que demuestran que la trayectoria es la adecuada para los fines buscados.

Tenemos que tener claro y muy presente:
Recordar y no olvidar quienes han recortado nuestros derechos más fundamentales, como son la vivienda, el empleo, la educación, la sanidad…

Recordar y no olvidar quienes han rescatado a los bancos, a las inmobiliarias, a las aseguradoras y a sus altos dirigentes, hundiendo al mismo tiempo a la población, transformando la deuda privada de estos, en deuda pública de todos.

Recordar y no olvidar quienes retrotraen derechos en favor de ideologías y creencias, que bien se benefician de su estatus, para no pagar impuestos y adoctrinar a su antojo.

Recordar y no olvidar quienes chantajean desde una posición de poder económico a los trabajadores, mermando salarios y condiciones laborales.

Recordar y no olvidar quienes manipulan la información y desde qué medios.

Recordar y no olvidar quienes han privatizado empresas públicas (agua – luz – banca...)
Recordar y no olvidar quienes han intentado privatizar la sanidad.

Recordar y no olvidar quienes emigraban en los años 60 del pasado siglo XX, quienes se quejan de la inmigración actual, y quienes son los que tienen que volver a emigrar. (esto sí que es mala memoria)

Recordar y no olvidar quienes y con qué condiciones nos metieron en la Unión Europea.

Recordar y no olvidar quienes se abstuvieron o votaron negativamente la aprobación de la Constitución. Quienes se niegan a reformarla convenientemente. Y quienes la reformaron urgentemente para obligarnos a pagar todos sus platos rotos.

Recordar y no olvidar quienes son los herederos de un golpe de estado, que les dejó en herencia el estatus del que siguen gozando.

Recordar y no olvidar quienes se negaban a aprobar el sufragio femenino.

Recordar y no olvidar quienes se beneficiaron de la esclavitud, a la que parece que volvemos a encaminarnos.

Recordar y no olvidar quienes…

Recuerda y no olvides todas estas cosas, y actúa y vota en todas las elecciones, en consecuencia con tu memoria.

15 enero 2014

Somos 99 contra uno… ¿Y no ganamos?

1%  contra  99%
Pregunta- ¿Por qué si uno, es un número claramente inferior a noventa y nueve, es el primero mucho más grande que el segundo?

Respuesta- Se debe al precio de la desigualdad.

El uno por ciento de la población mundial, posee la mayoría de la riqueza, y por tanto controla con su poder económico al noventa y nueve restante, haciendo efectiva la “democracia” de un (dólar/euro/libra…) un voto, y no una persona un voto.